Hace como 20 años atrás, mientras cursaba el entrenamiento de Practicante (Practitioner) en Programación Neurolingüística (PNL), uno de los participantes más avanzados, Jesús (este no es su nombre original), ya con grado de Máster en PNL, nos compartía una impresionante experiencia personal acerca del enorme poder que tienen nuestras creencias y cómo estas pueden influir en los resultados que generamos en cualquier ámbito y nivel de nuestra vida.

Resulta que una amiga suya, Silvia (tampoco es su nombre original), era una ejecutiva muy importante en una empresa de consultoría riesgos de talla mundial. Ella era de esas personas que vivían para su profesión. Gozaba de gran reconocimiento en el medio, ganaba muy buen dinero. En resumidas palabras, era una mujer muy, pero muy exitosa a sus treinta y tantos años de edad.

Jesús, que por aquél tiempo era el responsable de atención al cliente de una aerolínea muy importante en México, llevaba con Silvia una gran amistad. Se reunían con cierta frecuencia para platicar acerca de cómo les iba en sus respectivos trabajos. En una de esas reuniones él notó que Silvia se veía bastante desmejorada y supo de inmediato que ella traía un problema grave de salud.

Ella le contó que tenía varias semanas de no sentirse nada bien y que había tenido que hacerse diversos estudios y análisis clínicos.

Durante su conversación, en un momento dado, ella soltó a llorar amargamente. Resulta que ese día más temprano había recibido los resultados de sus estudios. Entre sollozos, le dijo que le habían detectado un cáncer bastante avanzado y que incluso le habían diagnosticado pocos meses de vida.

¡Ouch!

Silvia, por supuesto, no podía creer que eso le estuviera sucediendo a ella, una mujer joven, exitosa, plena, soltera, sin compromisos. Económicamente con su vida resuelta.

Viendo el dramático trance por el que estaba pasando su amiga, Jesús no quizo quedarse de brazos cruzados. Decidió tomar cartas en el asunto y hacer algo al respecto.

Él tenía la firme creencia de que las enfermedades nacían primero en la mente y después se reflejaban en el cuerpo físico.

Según él, si quería ayudar a su amiga a sanar, tenía que descubrir qué es lo que, para Silvia, tenía que suceder -al menos en su mente- para que pudiera recuperarse y sanar del cáncer que estaba amenazando su existencia.

Teniendo esto en mente, le preguntó qué es lo que tendría que suceder para que ella pudiera recuperarse.

Silvia le respondió que no había nada en el mundo que pudiera salvarla.

Ella ya estaba resignada a su fatal destino.

No conforme con esto, como buen Máster en PNL, Jesús insistió e insistió a través de muchas preguntas, como si con cada una estuviera quitando capa tras capa a una cebolla, hasta que llegó a la parte más profunda en la mente de Silvia.

En un momento dado, ella le dijo que podría recuperarse…

…sólo si el mundo giraba al revés.

Esa era la condición.

Cualquier persona en su sano juicio sabe que es imposible que el mundo gire al revés, pero… ¿qué pasaría si, al menos simbólicamente, el mundo girara al revés a los ojos de Silvia?

Fue entonces que él empezó a maquinar una estrategia para ayudar a su amiga.

En realidad, según nos contó Jesús, su plan era, como decimos coloquialmente en México, un «albur», es decir, un experimento que no tenía ninguna garantía de que fuera a resultar bien. Pero ante la gravedad de la situación, había que intentar cualquier cosa, lo que fuera, con tal de tratar de ayudar a Silvia, incluso hacer cosas que algunos tacharían de «locas», insensatas, irracionales o hasta «inalcanzables» para la mayoría.

Aprovechando las relaciones que tenía con empresarios «pesados», consiguió que uno de ellos le facilitara un jet ejecutivo por espacio de una hora.

El siguiente paso consistió en armar una historia para Silvia. Le dijo que un amigo empresario necesitaba contratar sus servicios como consultora y evaluadora de riesgos. Por supuesto que no era cierto pero, era parte del «show».

Mientras Jesús nos contaba esta historia, todos los integrantes del grupo estábamos sentados al borde de nuestros asientos absortos con su relato.

Aunque al principio ella se negó, terminó accediendo a la petición de su amigo. La tarea consistía en que ella evaluaría si valía la pena la supuesta compra o no de un jet ejecutivo (el que le facilitó el empresario a Jesús).

A los pocos días, en un momento en que Silvia se sintió un poco mejor, coordinó con Jesús la fecha y hora para acudir al aeropuerto para realizar la evaluación del jet en cuestión.

Llegado el momento, en el hangar fue recibida por el piloto del avión ejecutivo.

Se subió al interior dispuesta a hacer su evaluación cuando, en ese momento, el piloto cerró la puerta de acceso a la aeronave y le pidió que se sentara a un lado de él en el asiento del co-piloto. Ella se sobresaltó porque no tenía planeado volar en el jet sino que solamente lo revisaría y evaluaría estando en tierra.

El piloto, aleccionado por Jesús, le dijo que tenía instrucciones de llevar a cabo un vuelo corto alrededor de la Ciudad de México para que ella viera las prestaciones de la aeronave en el aire. Y, más a fuerzas que de ganas, no le quedó otra opción mas que aceptar.

El piloto pidió autorización para tomar pista y despegaron.

Instantes después, sentada en el asiento del copiloto, Silvia se encontraba volando en el jet que sólo había ido a evaluar y revisar en tierra.

Cuando alcanzaron cierta altitud, el piloto, según se lo indicó Jesús, llevó a cabo una maniobra, un giro, una pirueta en el aire. Y justo a la mitad de la maniobra, dirigiéndose a Silvia, de forma pausada y firme le dijo las siguientes palabras:

En este momento, el mundo está girando al revés.

Eso fue todo.

Regresaron a tierra y ella, sin saber qué había pasado allá arriba, volvió a casa a hacer su reporte de evaluación de riesgos para el que fue contratada.

Conforme pasaron los días, Silvia, sin saber cómo o porqué, se fue sintiendo cada vez mejor.

Al poco tiempo, cuando le tocó hacerse nuevos análisis, los médicos estaban sorprendidos porque los resultados arrojaron que el cáncer terminal que le habían diagnosticado poco tiempo atrás, prácticamente ¡había desaparecido!

¡WOW!

En términos médicos, lo que sucedió fue una remisión. Es decir, el avance del cáncer no sólo se detuvo sino que sus células cancerígenas desaparecieron o fueron sustituidas por otras sanas. Estas células, literalmente, recordaron cuál era su verdadera misión, que es estar saludables, no enfermas.

De ahí el término RE-MISIÓN. RE-encontrar tu- MISIÓN.

¿Te hace sentido?

Sé que es una historia, que aunque cierta, es un tanto rebuscada y hasta costosa para lograr un resultado extremo. Actualmente tenemos a nuestro alcance nuevos descubrimientos que nos permiten lograr cambios personales extraordinarios en casi cualquier ámbito sin necesidad de estrategias tan complejas como la de mi amigo Jesús.

Ahora te pregunto…

  • ¿La vida que estás viviendo en este momento es la vida que realmente quieres vivir?
  • ¿Estás ciento por ciento a gusto y satisfecho con tu situación económica actual?
  • ¿Estás en el trabajo ideal?
  • ¿Tienes un negocio que trabaja para ti y te brinda una buena calidad de vida?
  • ¿Tienes clara tu misión de vida?
  • ¿Tienes claros tus objetivos a corto, mediano y largo plazo?

Si respondiste no a alguna de las preguntas anteriores, y sólo si quieres cambiar y mejorar tu situación, seguro que deberás tomar algunas decisiones importantes que te obligarán a salir de tu zona de confort, decisiones que podrían dar un giro de 180º a tu situación actual. Incluso, si estás satisfecho con cómo es tu vida en este momento pero sabes que puedes ir más allá, sabes que tienes que hacer elecciones importantes para crecer aun más como ser humano y comenzar a dejar huella.

Te platico todo esto porque en las primeras semanas del 2018, abriré nuevamente un entrenamiento en línea – Emprendedor Inteligente – que te ayudará a clarificar todos los puntos anteriores, y muchos más, dándole sentido y claridad a todo lo que haces. Será un profundo proceso de autoconocimiento que podrá encauzarte hacia una vida plena y próspera.

Literalmente, el entrenamiento/coaching hará que…

tu mundo gire al revés.

Si estás interesado en participar o en conocer los detalles cuando estos estén listos, entonces anótate en la lista de espera haciendo clic aquí.