¡Cómo da vueltas la vida!

A veces pensamos que todo lo que tiene que ver con los negocios debe ser racional, basado en cifras, datos, números, ver todo con frialdad, y sí, por supuesto que es importante pero no debe ser lo único o lo más importante a la hora de dirigir un negocio.

Aunque es la idea que los medios nos han querido vender desde siempre, la verdad es que hay muchos emprendedores que han logrado un éxito sin precedentes sin que necesariamente tengan que ser fríos y despiadados, como en su momento lo fue Bill Gates.

Se trata de personas de carne y hueso, como tú y como yo, que por alguna extraña razón, su forma de pensar no necesariamente encajaría con los cánones de un empresario exitoso como podría ser un Henry Ford o un Thomas Alba Edison. Nada más alejado de la realidad.

Para clarificar esta idea te voy a contar rápidamente la historia de un tío mío que fue un emprendedor y un empresario muy exitoso, de esos que dejan huella y marcan para bien la vida de las personas en cualquier lugar donde se paran. Yo fui uno de ellos.

El contexto…

Hace ya algunos años (en el sexenio del presidente Miguel De la Madrid, en la década de los 80’s, en México), uno de mis primos me platicaba acerca de los negocios familiares y que en ese momento eran dirigidos por su padre -mi tío. Entre otros negocios tenían una compañía de distribución de gas en una importante ciudad del centro de la república mexicana.

Resulta que mi tío y mi primo se encontraban en una reunión de propietarios de compañías gaseras de esa zona del país y discutían acerca de la situación prevaleciente derivada del control de precios establecido por el gobierno y de lo que podían hacer para proteger sus intereses gremiales, y sobre todo, sus utilidades cada vez más castigadas por las decisiones político/económicas implementadas en esos caóticos días.

Para ponerlo en contexto, en esos años los países latinoamericanos la estábamos pasando realmente mal. México padecía una inflación superior al 100% anual, pero había otras regiones a las que les iba peor. Por ejemplo, Brasil en esos mismos años su inflación rebasaba el 1,000%.

Volviendo a esa importante reunión, algunos de los dueños de las compañías gaseras proponían que cada cilindro o tanque de gas llevara menos kilos de combustible del que en realidad deberían llevar, de tal forma que, por ejemplo, venderían un tanque o cilindro de gas de 20 kilogramos con 18 kilos o menos sin ajustar el precio a la baja como correspondería.

Esto serviría para resarcir un poco el disminuido margen de utilidades, ya que de cualquier manera cobrarían el mismo precio controlado establecido por las autoridades. Prácticamente todos los presentes en la reunión menos uno apoyaban la iniciativa.

Ese “uno” era mi tío.

Sin dudarlo un instante se opuso determinantemente a semejante idea. No podía creer que sus colegas empresarios pensaran siquiera en engañar a sus clientes, esos mismos que les daban el gran nivel de vida del que gozaban.

Él argumentó que, como empresarios que eran, debían hacer frente a su responsabilidad social, no importando el sacrificio económico que ello representara. No podían defraudar a los clientes que acudían a ellos a comprarles el producto.

Después de una acalorada discusión, al final de la reunión el consenso fue vender cilindros de 20 kilos con 20 kilos de gas.

Esta breve anécdota sirve para ilustrar que en el mundo existen lo que yo llamo emprendedores místicos.

¿Místicos? ¿Qué no los místicos se encuentran en las Iglesias, los santuarios o templos?

La respuesta es… ¡NO!

Ahora resulta que es más fácil encontrar a personas místicas en una empresa u organización que en un monasterio o iglesia. Pero, ¿qué significan las palabras místico o misticismo?

De acuerdo al diccionario, “misticismo” es una doctrina filosófica y teológica, para la cual la perfección es una especie de éxtasis contemplativa en que se consigue la unión del alma con Dios, cualquiera que sea el concepto que tu tengas de ÉL.

Entonces, un místico (hombre o mujer por igual) es un ser humano que, de alguna manera, por medio de sus acciones, por medio de su HACER, dedica gran parte de su vida a algo superior a él, a Dios, a ese gran TODO.

En esencia, busca hacer el bien.

Y esta forma de actuar o de comportarse no necesariamente es de forma consciente. En muchos casos es inconsciente, intuitiva.

Entrar en este tema no es sencillo ya que cada uno de nosotros tiene sus propias creencias al respecto y a más de uno le puede causar ruido, sin embargo creo que por lo menos alguno de los siguientes puntos te hará sentido.

De acuerdo a lo anterior, las personas místicas tienen una serie de cualidades excepcionales, así como una serie de principios rectores que marcan el rumbo de sus vidas. Estas personas actualmente ya son la fuerza que conduce, sin importar el tamaño del emprendimiento, a muchas de las mejores empresas y organizaciones, a las más trascendentes.

Este tipo de místicos emprendedores aun cuando, fisiológicamente hablando, son igual que cualquier otra persona, hay algo en ellos que los distingue del resto. Ese algo es intangible, no lo podemos ver ni tocar. Y ese algo radica en el tipo de pensamientos que tienen. Radica en sus concepciones acerca del mundo, en su chip mental, en sus “mapas” o creencias acerca de la realidad, o de lo que creen que es la realidad, “su” realidad.

Estas personas se distinguen de los demás por que son seres automotivados, autodirigidos y autodidactas. En muchos casos no tienen algún grado universitario, como fue el caso de mi tío y el de muchos emprendedores y empresarios de sobra conocidos. Son personas que en lugar de pasar por una etapa informativa (labor que las escuelas y universidades se encargan de llevar a cabo), viven en una permanente etapa formativa (labor que la vida misma se encarga de llevar a cabo).

Los emprendedores místicos, de alguna manera, reconocen y practican una serie de presuposiciones o principios que, aun cuando no sean necesariamente ciertos, al actuar como si lo fueran, hacen que sus acciones den por resultado situaciones muy diferentes de lo que normalmente cabría esperar en cualquier otra persona. Dan origen a algo que se conoce como PRECESIÓN.

Forman parte de algo superior

En primer lugar, piensan que forman parte de un algo superior a ellos. Ese “algo superior” puede ser la familia, la sociedad, el país, el planeta, el universo, el cosmos. Ese es el principal sustento de su pensamiento, pues en ningún momento se sienten el “ombligo del mundo”.

En los grupos de Alcohólicos Anónimos esto funciona a la perfección, pues las personas afectadas por la enfermedad del alcoholismo, para superarla, como primer paso reconocen la existencia de algo superior a ellos. Y esa creencia es la que, en gran medida, les impulsa a recuperarse.

En el ámbito empresarial, uno de los hombres más ricos del planeta, el Ing. Carlos Slim, dice que SIEMPRE hay que tener muy presente que al morir nos vamos a ir sin nada. Que en la vida simplemente somos administradores de la riqueza. Nada más.

Don Lorenzo Servitje, uno de los fundadores de la empresa panificadora más importante del mundo, BIMBO, así lo establece cuando toman decisiones. Primero piensan si la decisión que van a tomar, empresarialmente hablando, va en contra de ese algo superior. Si es así, simplemente no llevan a cabo esa decisión.

Ecología de sistemas

En segundo lugar, los emprendedores místicos reconocen que todo forma parte de una ecología de sistemas, donde todo está interconectado.

Piensan “sistémicamente“. Saben que el tipo de pensamientos que tengan, tendrán un efecto en su mundo físico, de tal forma que si piensan que la vida es dura, justamente eso encontrarán. Por lo tanto, su actitud mental siempre tiende a ser positiva. Procuran pensar en términos positivos. Incluso, en las épocas de crisis es cuando ellos saben que están las mayores posibilidades de tener éxito.

Todo está en cambio permanente

También saben que nada permanece por siempre en un mismo sitio o lugar, todo está en constante movimiento y cambio. Incluso en aquellas situaciones en las que parece que todo está inmóvil, sin posibilidad de cambio, saben que también hay movimiento y justamente ahí está la semilla del cambio. Por lo tanto, ellos no permanecen estáticos, porque si lo hacen, saben que serán arrastrados por la corriente, en lugar de ser ellos los que aprovechen el flujo a su favor.

Proactivos

Son “proactivos” en lugar de “reactivos”.

Hacen que las cosas sucedan. Reconocen la bipolaridad de la vida en todos los niveles.

Saben que así como hay escasez también hay riqueza; así como hay maldad, hay bondad; así como hay “jefes”, también hay “líderes”, así como hay “empleados”, también hay “colaboradores”; así como hay pérdidas, hay ganancias; así como hay “seguridad” financiera, hay “libertad” financiera; así como hay épocas de “vacas flacas”, también las hay de “vacas gordas”.

Ritmos de la vida

Como consecuencia de lo anterior, reconocen que dentro de esa bipolaridad existen ciertos “ritmos” que invariablemente se dan. “Después de la tempestad viene la calma” es un refrán muy popular que puede dejar claro este principio. Es como el péndulo de esos grandes relojes antiguos, el cual va de un lado hacia el otro. Por lo tanto, para los empresarios místicos, no les extraña el observar que cada cierto tiempo se dan grandes impulsos en la economía de los países, para después vivir épocas de “recesión”. Y al saber ellos eso, es cuando aprovechan para hacer muchos de sus mejores negocios. “A río revuelto, ganancia de pescadores”.

Todo es causal

Asimismo, es muy importante para los emprendedores místicos reconocer que toda causa tiene un efecto, ya sea en el corto, mediano o largo plazo. A veces muy largo.

La vida que cada individuo está viviendo en este preciso momento no es sino la consecuencia de muchas elecciones, de muchas decisiones tomadas en el pasado, por él mismo o incluso por otros. Decisiones que pudieron ser tomadas hace algunos cuantos días, meses o incluso años. Aceptar esto puede hacer una gran diferencia a la hora de tomar nuestras decisiones en el momento presente.

Visionarios

Por lo tanto, un emprendedor místico tiene muy desarrollada esa habilidad llamada “visión”, que le permite prever las consecuencias de determinados actos.

Por eso, muchos los llamamos “visionarios”. Son personas que actúan sabiamente, es decir, aprenden de sus experiencias, procuran aprender de sus errores. Saben que el mejor aprendizaje es aquél que se obtiene de lo que la mayoría llamaríamos “fracasos”. No temen equivocarse. Para ellos, el fracaso no existe, es tan solo aprendizaje e información.

Viene a mi mente esa historia que narra que Thomas Alba Edison intentó crear lo que hoy conocemos como foco alrededor de dos mil veces, aunque algunos dicen que lo intentó hasta 10 mil veces. En cierta ocasión un reportero le preguntó cómo había soportado tantos fracasos sin desanimarse en el intento, a lo que él contestó: “Yo no fracasé ni una sola vez. Sólo descubrí 1,999 formas de cómo no hacer el foco y una vez cómo sí hacerlo”.

Un lema de batalla para ellos sería: “El que no arriesga, no gana”. Y cuando esto se convierte en un hábito, aun aquellas elecciones que a los ojos de los demás representarían un gran riesgo, para ellos el tomarlas, forma tan solo parte del “juego de la vida”.

La Suerte

Para ellos la suerte no existe. Mas bien lo que conocemos como suerte se manifiesta cuando la preparación y la oportunidad se cruzan.

Sin embargo, muchos de nosotros no alcanzamos a percatamos de las oportunidades que constantemente nos brinda la vida, precisamente por no estar, aun, preparados. Y no se trata de estar preparados en el sentido académico o de estudios. Se trata de estar preparados mentalmente, con el chip mental, con la mentalidad necesaria para detectar estas oportunidades.

Esto es algo que mi tío me recalcaba una y otra vez. Me decía que las oportunidades SIEMPRE van a estar ahí. Sólo hay que prepararnos y estar muy atentos, aprendiendo a «leer entre líneas» para tomarlas cuando llegue el momento. Me hace mucho sentido la frase que dice que cuando el alumno está preparado, aparece el Maestro.

Co-creadores

Los empresarios místicos son grandes generadores de ideas, las cuales se encargan de convertirlas en realidad. Reconocen que todo lo que ha sido creado por el hombre, cualquier cosa, ya sea tangible (algún producto, servicio) o intangible (por ejemplo, la música), ha sido creada dos veces. Primero en la mente de alguien y después en el mundo real. Tienen la “cabeza en las estrellas” y los “pies bien puestos sobre la Tierra”.

Y para finalizar, quiero decirte a ti que me estás leyendo, que convertirte en un verdadero emprendedor, de esos que logran trascender o dejar huella a su paso, es decir, un emprendedor místico, si es ese tu deseo, es posible siempre y cuando estés dispuesto a pagar el precio, el cual no necesariamente es en dinero, sino en esfuerzo y en sacrificio, en dedicar el tiempo necesario a leer, leer y leer para prepararte; en participar en talleres y seminarios diversos para desarrollar nuevas habilidades y capacidades, en revisar tus creencias y descubrir cuáles te limitan y cuáles te impulsan, en reconocer cuál es tu sistema de valores, para saber cuáles de ellos sustentan cada una de tus acciones, y mediante el poder de la voluntad y la elección consciente, puedas enfocarte en aquellos que sabes que te pueden convertir en un ser humano más completo. En saber cuál es el papel que te tocó desempeñar en esta vida (misión personal) y mediante tu visión, actuar en consecuencia.

La elección es tuya, solamente tuya… y suerte en tu recorrido pues seguramente nos encontraremos en el camino…