Rafael Bravo

Uno de los grandes retos que asumimos los líderes es saber detectar las capacidades de nuestros colaboradores. Desafortunadamente, para muchos es más fácil encontrar los defectos. Pero encontrar las cualidades no es para cualquiera. Es para quienes tienen un grado de desarrollo superior. Por eso, los grandes líderes tienen esa gran capacidad de crear el contexto adecuado para que florezcan los verdaderos talentos de las personas que los rodean. Te invito a leer esta sencilla historia que ilustra perfectamente este concepto.

Quizá antes habías oído hablar de algo que en la sociología se conoce como el Efecto Pigmalión. En términos generales, hace alusión a cómo la(s) creencia(s) que tiene una persona o grupo de personas sobre algo o alguien en particular puede influir de manera determinante en una consecuencia o resultado final. Tanto en el ámbito organizacional como en el personal, tiene grandes implicaciones el conocer en qué consiste y cuáles son sus efectos. Para entender qué es y cómo puede afectarnos el efecto Pigmalión, me gustaría compartir contigo un par de historias. La primera la recibí en un correo electrónico anónimo. La segunda la leí en el libro La Prosperidad del Dr. Lair Ribeiro. espero te sean clarificadoras: